Imagina un internet sin redes sociales, sin videos, sin imágenes… incluso sin colores. Así era la web en 1991, cuando Tim Berners-Lee, un físico británico del CERN, creó el primer sitio web de la historia. Pero, ¿sabías que esta página no estaba pensada para el público, sino para resolver un problema científico? Aquí está la historia jamás contada.
El sitio aún existe (¡puedes visitarlo!).
Su diseño era 100% texto, sin imágenes, CSS o JavaScript.
Usaba HTML 1.0, un lenguaje que el propio Berners-Lee inventó.
Hardware: El primer servidor web fue un NeXT Computer, una máquina creada por Steve Jobs después de dejar Apple.
Software: Berners-Lee desarrolló:
El primer navegador (WorldWideWeb).
El primer servidor web (CERN httpd).
Las bases del protocolo HTTP.
Una página blanca con encabezados azules, listas negras y enlaces subrayados en rojo. Su estructura era similar a un índice de libro, con secciones como:
«Qué es la World Wide Web?»
«Cómo acceder a documentos»
«Ayuda para desarrolladores»
Nadie lo notó al principio: Solo científicos del CERN y universidades cercanas lo usaron durante años.
No había «diseño web»: La idea de «experiencia de usuario» ni existía. El objetivo era funcionalidad pura.
Sin fines comerciales: A diferencia de hoy, no había publicidad, SEO ni métricas de conversión.
La ironía: El sitio explicaba qué era la WWW… ¡y la WWW era lo que lo hacía posible!
Aunque rudimentario, este sitio sentó las bases de todo lo que hoy conocemos:
Hipervínculos: La idea de «hacer clic» para navegar.
Accesibilidad: Berners-Lee insistió en que la web debía ser gratuita y abierta (por eso no patentó su invento).
Estructura modular: Antepasado de los CMS como WordPress.
¿Sabías que?
El primer sitio web no tuvo competencia hasta 1993, cuando aparecieron Mosaic (el primer navegador con imágenes) y Yahoo! (que era un directorio de enlaces).
El minimalismo funciona: Menos es más, incluso hoy.
La innovación nace de resolver problemas: La web no se creó para ganar dinero, sino para colaborar.
El contenido es rey: Sin imágenes ni videos, el texto era el héroe.
Ejemplo moderno:
Las páginas de inicio de Apple o Google mantienen esa filosofía minimalista, heredera del primer sitio web.
El primer sitio web fue como la primera rueda: simple, pero revolucionaria. Hoy, con más de 1,800 millones de sitios web, su legado vive en cada clic, cada enlace y cada diseño que vemos.
¿La mejor parte?
Berners-Lee nunca imaginó redes sociales o TikTok… pero sin su invento, nada de esto existiría.
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